No todo momento es igual. Al igual que hay días soleados ideales para salir al parque, hay momentos en los que es mejor quedarse adentro. Aquí qué mirar para evitar sorpresas:
Alta oferta y poca demanda
Si hay muchas casas similares en venta en tu barrio, los compradores pueden estar eligiendo mucho, comparar mucho, negociar mucho. Eso alarga los tiempos y baja los precios.
Condiciones macroeconómicas inestables
Cuando la inflación está muy alta, los tipos de interés suben, hay incertidumbre cambiaria, los compradores se retraen o prefieren esperar. Si las tasas para crédito hipotecario están altas o el costo de financiamiento es riesgoso, esto puede frenar mucho la decisión de compra.
Regulaciones desfavorables o incertidumbre legal
Leyes de alquiler, impuestos, trámites municipales, cambios de zonificación pueden generar dudas, aumentar los costos o hacer que los compradores esperen a que haya mayor claridad. Si hay proyectos políticos cambiando reglas, eso puede generar un “efecto espera”.
Épocas del año menos activas
En general, los meses con vacaciones largas o muy fríos/calientes pueden tener menos compradores activamente buscando. También periodos justo antes de elecciones grandes o crisis políticas pueden generar parálisis en decisiones grandes como vender una casa.
Tu propiedad necesita reparaciones importantes, mejoras o puesta a punto
Si la casa no está presentada bien —fallas estructurales visibles, mantenimiento atrasado, limpieza deficitaria— puede perder valor frente a otras que sí están listas para entrar. Aunque puedas venderla “como está”, probablemente vas a tener que rebajar mucho o esperar más.
No todo se reduce a esperar. Hay cosas que vos, como vendedor, podés hacer para aprovechar mejor los tiempos:
Prepará la casa: limpieza, pintura, arreglos básicos. Una buena presentación obtiene mejores precios.
Elegí una inmobiliaria con fuerte presencia local que conozca bien tu barrio, que tenga capacidad de mostrar bien la propiedad.
Fijá un precio realista, basado en comparables recientes. Un precio demasiado ambicioso puede prolongar la venta y generar desgaste.
Elegí el momento del año con más visibilidad: después de vacaciones, cuando la gente vuelve de viajes y empieza a planificar.
Considerá las condiciones de financiamiento: si los créditos están más accesibles, puede ser un empujón para compradores.
Vender tu casa no tiene que ser un salto al vacío: si tomás las decisiones correctas, basadas en datos, en observación del entorno y en sentido común, podés convertir el “mejor momento” en algo concreto.
Si hoy las señales del mercado en Córdoba (demanda creciente, oferta limitada en ciertas zonas, precios al alza, claridad regulatoria) están de tu lado, puede que sea el momento correcto para vender. Pero si estás viendo lo opuesto, tal vez convenga esperar —mejorar la propiedad, afinar el precio, tener paciencia.
En Castiñeira Salguero trabajamos para acompañarte en cada paso: desde detectar ese momento ideal, hasta hacer que tu casa no solo se venda, sino que se venda bien.